Perdonar AL PERDONAR, ESTOY RECEPTIVO A LA PAZ Y EL GOZO DE DIOS. No sé por qué a veces el perdón parece tan difícil. Una persona dijo o hizo algo que me hirió y puede que yo haya estado guardando resentimiento y rencor por días, semanas o hasta años. Quizás me pregunte si esa persona merece mi perdón. Mas una mejor pregunta sería: ¿Merezco aferrarme al dolor del resentimiento y el rencor? En Verdad, sé que aferrarme a ellos sólo alimenta mi sentido de injusticia y me roba la paz y el gozo. Jesús nos enseñó a perdonar una y otra vez. El perdón es una expresión del amor de Dios. Así que hoy tomo una decisión nueva. Visualizo que los demás ya no están atados por mi resentimiento. Los perdono. Al liberarlos, yo mismo soy liberado. Estoy abierto y receptivo a la paz y el gozo de Dios. Si ustedes perdonan a los otros sus ofensas, también su Padre celestial los perdonará.—Mateo 6:14