Paciencia SOY PACIENTE CON LOS DEMÁS Y CONMIGO MISMO. Aun con las comodidades modernas, algunas cosas no pueden apresurarse. El tiempo que toma a los bebés para nacer o las flores para crecer permanecen iguales, bien sea que descanse o mire el reloj con nerviosismo. Cuando encuentro que estoy impaciente, cambio mi enfoque hacia una perspectiva saludable y serena. Mi paciencia mejora con la práctica. Ser paciente es una manera de hacer las paces con lo que está fuera de mi control, una manera de dejar ir para que Dios pueda obrar por medio de mí. Recuerdo que las personas generalmente hacen lo mejor que pueden. Al mantener en mente que todos somos creaciones de Dios, permanezco paciente con los demás y conmigo. En fin, únanse todos en un mismo sentir; sean compasivos, misericordiosos y amigables; ámense fraternalmente.—1 Pedro 3:8