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lunes, 23 de mayo de 2016

NUNCA ESTOY SOLO, PORQUE DIOS Y YO SOMOS UNO


Nunca solo

Hay momentos en los que puedo sentirme solo. Y, si siento temor, quizás no pueda ver los recursos disponibles para mí. En momentos como esos, acudo a mi interior, a la presencia del Espíritu. Hago una pausa y respiro sosegadamente. Al dejar ir el aire lentamente, suelto toda preocupación. El recordar la presencia de Dios en mi vida aclara mi mente. Siento el amor del Espíritu cuando afirmo: Soy uno con Dios.
Al reconocer que nunca estoy solo, abro mi mente al bien divino. La verdad es que posibilidades ilimitadas están disponibles para mí a cada momento. Descanso en la seguridad de que soy parte integral de la familia de Dios. Todo tipo de apoyo está disponible para mí de parte de mis amigos, familiares y, por supuesto, del Espíritu. ¡Dondequiera que estoy, está Dios!

Texto devocional:
Dios es nuestro amparo y fortaleza.—Salmo 46:1