Las condiciones en mi mundo cambian cada día. La bolsa de valores sube y baja; el clima puede estar esplendoroso un rato y de repente tornarse tormentoso; hasta mis mejores amigos puede que discutan en un instante para luego hacer las paces. Las condiciones de mi cuerpo varían con la edad o por enfermedades o heridas. Dejo ir cualquier temor acerca de los cambios o las pérdidas. Si me siento vulnerable o inseguro, recuerdo quien soy verdaderamente: la creación divina de un Creador infinitamente bondadoso. Mis dones divinos incluyen firmeza, protección y dominio propio. Permanezco seguro en el amor inmutable de mi Creador. Este amor resguarda mi paz mental, mi vida y el amor infinito que soy y que expreso.
Texto devocional:Volverás a confiar porque tendrás esperanza; y rodeado de paz podrás dormir tranquilo.—Job 11:18