___ Nuestros días están llenos de mensajes de amigos, de familiares, de compañeros de trabajo y de los medios de comunicación. Aunque pueda parecer difícil discernir cuál o si alguno de estos mensajes es divino, aprendo a escuchar con un corazón y una mente abiertos a Dios.
___ “Eres amado” es la melodía que trinan los pájaros. “¡Puedes hacerlo!” es el susurro que escucho antes de afrontar un reto. Otras veces, una idea persistente me incita gentilmente a la acción: “Trata esto”. “Estoy contigo siempre”, es lo que oigo al comenzar a orar. Las maneras con las que Dios me proporciona guía y ánimo no tienen fin. Cuando escucho palabras que me elevan e inspiran, sé que son mensajes divinos destinados sólo para mí.
Texto devocional: Recobré las fuerzas, y dije: “Mi señor me ha infundido ánimo. Hábleme ahora”.—Daniel 10:19