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miércoles, 2 de noviembre de 2016

SOY UNO CON LA FUENTE DE TODO.

Sé que Dios es la Fuente de todo amor, comprensión, paciencia y bondad. Y Yo soy parte de esta Fuente poderosa. Para lograr balance y serenidad en mi vida, sólo tengo que dirigirme a mi interior, al silencio de mi alma.
Si tengo una multitud de cosas por hacer y estoy atrapado en el tráfico o si me siento cansado después de un largo día, puede que mi paciencia flaquee. De ser así, tomo tiempo donde esté para vincularme de nuevo con mi Fuente. Hacer una pausa intencional calma mi mente y revive mi espíritu. Al restaurar mi paciencia y sosegar mi mente, me relaciono más eficazmente con las personas a mi alrededor. Recuerdo que mi Fuente es ilimitada y eterna.

Texto devocional:
Que el Dios de la paciencia y de la consolación les conceda a ustedes un mismo sentir, según Cristo Jesús.—Romanos 15:5