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domingo, 22 de mayo de 2016

DEJO IR Y DEJO QUE DIOS SEA DIOS EN MI VIDA Y EN LAS VIDAS DE MIS SERES QUERIDOS.


Dejar ir
Observar a un hijo montarse en el autobús escolar, empezar una nueva carrera o comenzar su propia familia hace que los padres aprendan a dejar ir. Los padres se sienten orgullosos por cada paso en el crecimiento de sus hijos hacia la independencia, sin embargo, puede que encuentren difícil dejar ir el control.
Bien sea hijo, padre o madre, cónyuge o amigo, cada uno tiene su camino que seguir, y confío en Dios para que los guíe en el sendero que han de tomar. Asido a mi fe en Dios, dejo ir la necesidad de estar en control. Confío en que Dios les muestra —y me muestra a mí— una visión mucho mayor a la que yo pudiera imaginar. Al dejar ir y dejar a Dios actuar, permito que mis seres queridos alcancen su potencial.

Texto devocional:
¡Soy como un verde olivo en la casa de Dios, y en su misericordia confío ahora y siempre!—Salmo 52:8