___ La última vez que recibí una sorpresa maravillosa o un resultado que excedió mis expectativas, ¿cuándo fue? ¿Cómo sucedió esto sin yo haberlo planificado? Ocurrió gracias a la actividad de Dios. ___ A veces puede que necesite un recordatorio para hacer a un lado mi voluntad personal y permitir que las bendiciones lleguen a mí. Cuando dejo ir la necesidad de estar a cargo, expando mi capacidad de recibir. Al dejar ir y aquietar mis pensamientos, mi mente goza de una receptividad apacible. Qué regalo tan refrescante —el estar simplemente en la Presencia. En este estado de paz, estoy receptivo a la guía, a las oraciones contestadas, a bendiciones más allá de lo que pueda imaginar. Dejo ir y doy la bienvenida a las bendiciones de Dios.
Texto devocional: Lleven mi yugo sobre ustedes, … porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana.—Mateo 11:29-30