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viernes, 15 de abril de 2016

AL CONFIAR EN EL PODER PROSPERADOR DE DIOS, ME ABRO A NUEVAS BENDICIONES.

Prosperidad


AL CONFIAR EN EL PODER PROSPERADOR DE DIOS, ME ABRO A NUEVAS BENDICIONES. La prosperidad es la herencia divina de cada persona. Cosechar la provisión abundante de Dios viene al aceptar responsabilidad por mi conciencia con respecto a asuntos financieros.
Afirmo que Dios es mi fuente de prosperidad instantánea, constante e infinita, y me permito sentir la verdad de esas palabras. Fomento estas semillas de pensamiento en el suelo fértil de la sustancia divina y desyerbo cualquier pensamiento de escasez o limitación que pueda dañar los frutos de mi trabajo. Con fe, mantengo mis pensamientos centrados en las ideas divinas de abundancia y suficiencia.
Al cultivar mi conciencia, abro el camino para bendiciones nuevas e infinitas.


Texto devocional:
Y aquel que da semilla al que siembra, y pan al que come … los multiplicará, aumentándoles así sus frutos de justicia.—2 Corintios 9:10