Un reto de salud o financiero puede parecer capaz de nublar nuestros pensamientos. La discordia en las relaciones personales o de negocios puede ser abrumadora. Sin embargo, a pesar de las apariencias, podemos ver más allá de cualquier ilusión al afirmar la Verdad: La presencia de Dios en mí ilumina mi mente y guía mis acciones. Ya ni el pasado ni el presente ocupan nuestra mente de manera negativa. Ahora moramos en la verdad reconfortante de que Dios está con nosotros siempre y en todos los caminos. Al centrar nuestras mentes en ideas constructivas y esperanzadoras, nos alistamos para un despertar espiritual. En la quietud y la confianza, nos regocijamos en la luz de un nuevo día.
Texto devocional: Pero la senda de los justos es como la aurora: ¡su luz va en aumento, hasta la plenitud del día! —Proverbios 4:18