Existen momentos en mi vida en los que deseo tener un vínculo fuerte con otra persona o grupo, pero no soy correspondido. Quizás haya confusión o falta de claridad en una relación personal. A lo mejor me siento abrumado o no apreciado en el trabajo. Mas al apartarme de la situación y estar receptivo a un conocimiento mayor, encuentro que Dios me apoya hoy y siempre. Al orar escucho y me alineo a las muchas maneras en que mi guía viene a mí —por medio de la intuición, un conocimiento interno, una idea divina, una canción que escucho en la radio, un sueño. La guía puede surgir como un relámpago o puede ser el resultado de dirección gradual recibida en oración. Guiado por la sabiduría divina, me remonto a nuevas alturas de comprensión.
Texto devocional: Si vivimos por el Espíritu, vivamos también según el Espíritu.—Gálatas 5:25