En mis ratos de oración —mis momentos callados con Dios— avivo mi fortaleza, equilibrio y poder. Estas palabras de “La oración de fe” me ayudan a preparar mi mente para ese contacto divino: Dios satisface mi necesidad; sacia mis hambres Su inmensa piedad; conmigo anda y es mi guía cada minuto de este día. Ahora ya tengo sabiduría, verdad, paciencia, bondad, amor; todo lo puedo, todo lo soy, en Cristo luz del alma mía. Dios es salud, no puedo enfermar; Dios es mi ayuda, no falla jamás; Dios es mi todo, voy sin temor bajo las alas de Su amor. Amén.
Texto devocional:El Señor es mi fortaleza y mi cántico.—Éxodo 15:2