Los líderes espirituales nos alientan a orar por otros. Ellos están conscientes de cómo el poder de la oración une a las personas con amor y crea un fluir positivo de energía que infunde el planeta. Jesús enseñó el concepto de la regla de oro, bendiciendo a los que venían a él e invitándolos a dar amor. Yo me comprometo a seguir esa práctica en mi vida diaria. Digo una oración de gratitud por familiares y amigos. Mantengo pensamientos de salud y plenitud por quienes oro. Visualizo abundancia y sabiduría para las personas en todas partes. Mis oraciones por los demás crean un fluir de amor, abundancia, paz y gratitud que se expande de persona a persona. Soy amor en acción.
Texto devocional: Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados.—Lucas 6:31