Si dependo solamente de la bolsa de valores para mi prosperidad, puede que pierda mis ahorros. Si edifico mi autoestima basado en las opiniones de los demás, puede que sufra. Depender de las cosas externas para la felicidad no siempre produce el resultado deseado. Mi certeza permanece en Dios, la única Presencia y el único Poder. Todo lo que necesito es un pequeño cambio de perspectiva para darme cuenta de que hay una realidad mayor. Profundizo mi relación con Dios por medio de la oración. Medito y presto atención, confiando en la práctica espiritual de pedir y recibir. Mantengo mi práctica aun cuando parezca que nada pasa. Abro mi corazón y observo cómo se desenvuelven las cosas para mi mayor bien.
Texto devocional: Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.—Mateo 28:20