Un himno religioso comienza: “Que haya paz en la Tierra, y que comience conmigo”. Tenemos la habilidad de ser paz y proporcionar paz al mundo cuando expresamos amor, compasión y comprensión a toda la humanidad. La paz de Dios va delante de nosotros, disipando el temor, la codicia y la envidia. Todas las naciones, toda la humanidad, son parte de un todo mayor —cohabitamos un planeta. Al permitir que Dios guíe nuestros pensamientos, palabras y acciones, ayudamos a crear y mantener la paz mundial. Somos expresiones de lo Divino y, como tales, podemos permitir que el amor y la compasión pavimenten el camino hacia la paz. Hoy, que nuestra oración sea: “Que haya paz en la Tierra y que comience conmigo”.
Texto devocional: Vivan en paz unos con otros.—Marcos 9:50