Muchos de los árboles majestuosos de los que disfrutamos hoy están allí porque alguien tomó la decisión de sembrarlos. Esa decisión sencilla se convirtió en algo mayor que podrá ser disfrutado por muchas generaciones.
Determino tomar tiempo para sembrar los cambios que me gustaría ver. Hoy tomo un momento para sentir aprecio por mis seres queridos y compartir buenas semillas (palabras) de amor con extraños. Cuido bien las semillas de mis pensamientos. Unos momentos pasados con los ojos cerrados, visualizando buenos resultados e irradiando energía positiva, fomentan mi crecimiento. Hoy tomo decisiones que darán buen fruto.Texto devocional:Isaac sembró en aquella tierra y Dios lo bendijo, y ese año cosechó cien veces lo sembrado. —Génesis 26:12