Quizás el trabajo más difícil que alguien pueda asumir es el de proveedor de cuidados. Es un compromiso a tiempo completo que requiere de gran energía, confianza y fortaleza interna. Aunque a veces puede ser difícil, proveer cuidados también es gratificante. Pasar tiempo con un ser querido mientras se comparten momentos y recuerdos no tiene precio. Doy gracias por los proveedores de cuidados que he conocido —padres, amigos, maestros— y los papeles que han desempeñado en mi vida. Doy gracias también por las oportunidades que he tenido de cuidar a otros. Al proveer cuidados comparto mis habilidades de maneras compasivas y consideradas. Al dar de mí mismo, recibo gozo y bendiciones ilimitadas.
Texto devocional: Me diste vida y me llenaste de amor; con tus cuidados protegiste mi espíritu.—Job 10:12