Los niños son regalos valiosos de Dios. Al pensar en los niños en mi vida y en los niños alrededor del mundo, tomo un momento para ponerlos amorosamente al cuidado de Dios y afirmar seguridad, sabiduría, salud, paz y gozo con la siguiente bendición: “Te entrego al cuidado y guarda de Dios; la presencia de Dios te ampara y protege, la sabiduría de Dios te guía y dirige, la vida de Dios te sostiene y sana, la comprensión de Dios inspira a quienes te enseñan. Bendigo a cada persona en tu vida, sabiendo que la sabiduría y el amor divinos los motivan a ser buenos ejemplos guiando sus pensamientos, palabras y acciones. Sigue adelante y experimenta la bondad infinita de Dios con amor, gozo y fe”.
Texto devocional: Ante mis ojos tú eres grandemente estimado y digno de honra. Yo te amo.—Isaías 43:4