Cuando llego a la cima de una montaña, un nuevo paisaje surge ante mí. Gracias a esta nueva perspectiva, veo más allá de lo que había observado antes, lo cual me ayuda a elegir distintas rutas y a andar por diversos terrenos. En mi viaje espiritual permanezco receptivo a lo nuevo. Un libro o una comprensión recibida en oración puede proporcionarme una perspectiva diferente. A un nivel profundo, reconozco mi salud, lo que valgo y mi potencial. Aprecio la Vida perfecta del Cristo en mí. Permanecer consciente de mi ser crístico da claridad a todo lo que hago y a todo lo que soy. Soy facultado y guiado hacia aquello que fomenta mis relaciones personales, mi prosperidad y mi salud. ¡Mi vida es renovada!
Texto devocional: Ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían.—Colosenses 3:10