El deseo de dar es uno de los regalos más grandes que Dios me ha dado. Es verdaderamente Su espíritu de amor expresándose por medio de mí. Siento gratitud por mis bendiciones y las comparto con los demás. Ofrezco mi amor y mis pensamientos positivos con una sonrisa motivadora. Doy libremente a medida que las oportunidades se presentan. Digo palabras de vida y curación a las personas a mi alrededor. Tal vez no conozca sus necesidades específicas, mas Dios sí las conoce. Libremente y sin titubear, me ofrezco como un canal por medio del cual Dios bendice a los demás. Siento gratitud por cada oportunidad que Dios me da para ser Su amor en expresión. ¡Al compartir mis bendiciones, recibo muchas más a cambio!
Texto devocional: Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes.—Mateo 7:2