Cuando una rueda gira, podemos ver movimiento en su borde, mas su centro parece permanecer inmóvil. Lo mismo es aplicable a mi vida. A pesar de lo que suceda a mi alrededor, permanezco firme cuando mantengo mi atención centrada en el espíritu de Dios en mí. Al mantener mi atención en la vida de Dios en mí, logro una comprensión más profunda de lo Divino. Encuentro mi paz. Sé lo que se siente ser elevado y radiante, optimista y resiliente. Al suscitar esos sentimientos, logro una conciencia más profunda del efecto sosegador del amor. Fluyo con ese sentimiento. Al dar estos pasos pequeños varias veces cada día, encuentro que gozo de una calma que emana natural y fácilmente. La paz interna me sostiene todo el tiempo.
Texto devocional: ¡La paz sea con ustedes!—Lucas 24:36