Me preparo mental y físicamente para el día desayunando y revisando mi agenda. También me preparo espiritualmente utilizando una afirmación de la Verdad para centrarme y armonizar mis pensamientos y acciones. Digo palabras poderosas que me anclan en mi potencial divino y avivan mi esencia espiritual —mi YO SOY. “Yo soy amor” elimina la ira, el juicio y el rencor. “Yo soy sabiduría” elimina el temor y la duda. “Yo soy vida” me llena con la paz sanadora de mi naturaleza eterna y me ayuda a dejar ir la creencia de que cualquier reto de salud puede limitar mi naturaleza divina. Escribo mis afirmaciones y las pongo donde pueda verlas. Leerlas y decirlas protegen mi mente de pensamientos erróneos.
Texto devocional: Por esto sabemos cuál es el espíritu de la verdad, y cuál es el espíritu del error.—1 Juan 4:6