No estoy solo. Soy parte de una comunidad mundial, y de mí depende propiciar la paz y esparcir bondad. Busco maneras de marcar la pauta en mi hogar, comunidad y medio ambiente. Aprovecho cada oportunidad de demostrar compasión y comprensión. Mis acciones tienen un impacto directo en quienes están a mi alrededor y en el mundo. El amor de Dios en mí es mi guía en todo lo que hago. Compartir pensamientos y acciones positivos crea ondas que se expanden para rodear al mundo. A la larga, la buena voluntad que ofrezco regresará a mí, bendiciendo mi mundo de múltiples maneras. Continúo brindando amor y bondad y expresando paz y compasión, sabiendo que mis acciones armoniosas cimentarán la paz.
Texto devocional: Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu.—Efesios 6:18