Tener fe es mantener una expectativa gozosa. Al poner mi fe en Dios, espero y acepto resultados positivos. Cuando oro para tener éxito con mis metas, recibo dirección clara. Si oro por curación, espero ser sanado. Al orar por un ser querido, pongo mi fe en que la presencia y actividad de Dios obran en ellos para manifestar su mayor bien. Dejo ir los pensamientos negativos, las preocupaciones y los temores, ya que indican que mi atención se ha desviado de Dios. Redirijo mis expectativas visualizando resultados positivos. El crecer espiritualmente requiere práctica continua —es un viaje que dura toda la vida. Así que avanzo con fe, manteniendo mi mente y corazón en Dios, seguro de que Su amor obra en mí y por medio de mí.
Texto devocional: Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes.—1 Corintios 16:13