Texto devocional:Si levantara el vuelo hacia el sol naciente, o si habitara en los confines del mar, aun allí tu mano me sostendría; ¡tu mano derecha no me soltaría!—Salmo 139:9-10
En este blog se publican las afirmaciones de LA PALABRA DIARIA para difundir el conocimiento de la verdad de Dios e irradiar bendiciones a todo el mundo, porque afirmar las verdades divinas atrae bendiciones.
Texto devocional:Si levantara el vuelo hacia el sol naciente, o si habitara en los confines del mar, aun allí tu mano me sostendría; ¡tu mano derecha no me soltaría!—Salmo 139:9-10
Cuando oro, me conecto conscientemente con Dios. Aunque puede que ore por muchas razones, recuerdo orar siempre partiendo de una conciencia de fe. Afirmo: Esto o algo mejor, Dios; y lo dejo ir. Preocuparme aminora la energía de mi oración. Así que oro con fe en que todo obra para el mayor bien posible. Mis pensamientos y los deseos de mi corazón se unifican según visualizo que mi oración es contestada. Al prestar atención devota, discierno la voz o la actividad de Dios. Esta viene a mí de muchas maneras —quizás como un sentimiento, un sueño o una idea divina en el momento correcto y perfecto. Sigo mi guía interna y hago mi parte para que mi oración se manifieste. Avanzo con claridad y seguridad.
Texto devocional: Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad.—Juan 16:13
Las vacaciones típicamente están llenas de actividades: juegos, visitas, excursiones. A veces, un cambio de ambiente es justo lo que se necesita para recargar la energía. Sin embargo, no todo cambio es bien recibido ni esperado. Los cambios suceden, tanto en mí como a mi alrededor. Y, en vez de enfrentarlos con resistencia o descontento, los recibo con la expectativa gozosa de un niño. ¿Enfrento un reto de salud? Quizás dicho reto me brinde la oportunidad de enfocar mi atención en lo que puedo hacer para fomentar mi bienestar. Los cambios en mi trabajo pueden motivarme a expresar mi mayor potencial. Acojo los cambios con gozo y entusiasmo.
Texto devocional: Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: “De cierto les digo, que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos”.—Mateo 18:2-3
Martin Luther una vez dijo que tener fe es como apostar con la seguridad de que Dios desea darte Su bien. Cada vez que decido mantener mi actitud positiva, estoy en realidad orando. Cuando elevo mi corazón con alegría, promuevo los mejores resultados posibles para mi vida. Cuando añado gozo a mi fe, mis oraciones son contestadas. ¿Qué puedo hacer en este momento para elevar mi espíritu? Infundo mi naturaleza jovial con un sentimiento de optimismo. Comienzo por confiar en que todas las cosas obran juntas para bien —en mi vida y en la vida de todos mis seres queridos. Mi corazón gozoso fomenta la energía que hace posible que mis oraciones sean contestadas.
Texto devocional:Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no tengo miedo.—Salmo 56:4
La palabra gracia significa “favor”. Gracias a nuestra herencia divina, somos favorecidos y damos expresión a la vida y a la actividad de Dios. El ministro de Unity Eric Butterworth escribió: “La voluntad de Dios para ti es vida perfecta, sabiduría perfecta, amor perfecto. Esta voluntad, este deseo divino, es tan intenso, tan continuo, tan grande que se filtra por nuestras mentes. … No existe nada místico ni desconcertante en ello; es una explicación sencilla del proceso de la vida”. Tenemos todo lo que necesitamos para cumplir con nuestro llamado. Somos creaciones amadas del Altísimo, dotadas con gracia infinita. Cuando aceptamos esta Verdad, somos las manos y los pies de Dios en el mundo.
Texto devocional:Esto ha sucedido para bien de ustedes, para que, recibiendo muchos la gracia de Dios, muchos sean también los que le den gracias.—2 Corintios 4:15
No importa dónde esté o en qué situación me encuentre, la paz siempre está disponible para mí. La paz es una sensación libre de conflicto o inquietud. Es un sentido interno de calma, serenidad y tranquilidad. Reconozco que en mi vida existen situaciones que pueden hacerme sentir inquieto. En momentos de cambio o reto puede que mis pensamientos giren alrededor del temor. Mas, al notar este estado atribulado, hago un esfuerzo consciente para calmar mis pensamientos y suscitar la paz. Respiro profundamente y hago una pausa. Me susurro: Paz, aquiétate. Afirmo que Dios está presente aquí mismo donde estoy, guiándome al resultado correcto y perfecto.
Texto devocional: Jesús se levantó y reprendió al viento, y dijo a las aguas: “¡Silencio! ¡A callar!” Y el viento se calmó, y todo quedó en completa calma.—Marcos 4:39
Cuando me siento saludable, quizás dé por sentado mi bienestar. Sin embargo, cuando siento malestar, mi mente puede abatirse por los dolores físicos y las preocupaciones. Sabiendo que el poder de la mente crea la realidad, adiestro mis pensamientos para que me ayuden a reclamar mi salud ahora. Dejo ir pensamientos de dolor o enfermedad y afirmo: He sido creado a la imagen y semejanza de Dios. Yo soy sano y vibrante, disfruto de buena salud y estoy bien. Yo soy un canal para la expresión infinita de vida divina. La vida de Dios me llena de energía y fluye en mí ahora, revitalizándome y restaurándome. Mi mente descansa en la Verdad de la salud, y mi cuerpo responde acorde.
Texto devocional: Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y mi gloria te seguirá.—Isaías 58:8
Ver el mundo con curiosidad infantil es hacer a un lado el escepticismo, la duda y el temor para vivir con amor, alegría y confianza. Es vivir en el momento con entusiasmo y anticipando sólo el bien. Es sentir fascinación por todo a nuestro alrededor, preguntando con interés y esperando las respuestas con fe inquebrantable.
La curiosidad infantil hace que me maraville por la belleza de las estrellas, que observe con fascinación como una hormiga lleva su miga de pan a su hormiguero, que escuche con gozo el trino de la alondra. Con una nueva conciencia, tomo de la Fuente inagotable de energía e ideas. Todo es posible porque soy una creación de Dios.
Texto devocional: Jesús se regocijó en el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo, Padre, … porque estas cosas las escondiste de los sabios y entendidos, y las revelaste a los niños.—Lucas 10:21
Estas palabras escritas por Richard y Mary-Alice Jafolla me recuerdan que comparto un vínculo divino con toda persona: “Existe un nivel en cada alma humana que no conoce conflicto, competencia ni ofensa, un nivel que sólo conoce paz, armonía y amor. De hecho, es en sí paz, armonía y amor, porque es nuestra esencia crística”. Si se me hace difícil ver la conexión que comparto con los demás, determino mejorar la situación elevando mi conciencia. Disipo cualquier reacción negativa recordando el Cristo en mí y reconociéndolo en los demás. Más allá de la fachada externa de sentimientos heridos, temores y aprehensión se encuentra nuestra identidad crística. Verla en los demás hace que ellos también la aprecien en sí mismos.
Texto devocional: Ciertamente de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.—Juan 1:16
La poetisa Maya Angelou escribió que “cada uno de nosotros añora tener un hogar. Un lugar seguro donde podemos ser quienes somos sin ser cuestionados”. Aprecio a las personas que me ofrecen seguridad y amor incondicional. También aprecio esos lugares especiales donde he podido sentir mi unidad con toda manifestación de vida. Reconozco con gratitud cómo mi crecimiento espiritual ha impactado mi sentido de ser parte de algo. Mientras más moro en el amor de Dios, más siento que tanto los lugares extraños como los conocidos me son familiares. No importa dónde esté o con quién, llevo conmigo un sentimiento de aceptación incondicional; el cual es un refugio no sólo para mí, sino para todas las personas con quienes me encuentro.
Texto devocional: Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.—1 Juan 4:16
Cualquier día tiene el potencial de ser un día de gozo y dicha extraordinarios cuando infundo cada momento con fe. Para hacerlo, comienzo mi día con oración y meditación. Según me dirijo calladamente a mi interior, enfoco la atención en mi respiración. Tomo aire lentamente, con mis pensamientos centrados en la vida divina en mí. Mi mente y cuerpo descansan en la serenidad bendita de mi unidad con mi centro espiritual. Allí, en la presencia tranquila de lo Divino, mi alma siente profunda paz. Me deleito en este momento sagrado, sintiendo gratitud por las infinitas bendiciones que sé que recibiré durante el día ante mí. Momento a momento, mi corazón se alegra cuando infundo gozo a mi vida.
Texto devocional:Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.—Juan 15:11
Una madre que protege amorosamente a su hijo. Un maestro que motiva a un estudiante. Una enfermera que cuida de un paciente. Éstos son ejemplos de personas que ofrecen ayuda para satisfacer las necesidades de otros. Ésta es una realidad diaria de cómo la gente trabaja junta para proporcionar seguridad y cuidado a los demás. También existe una realidad de seguridad espiritual, la cual experimento al confiar en Dios. Con Dios, estoy protegido. Estoy en paz. Tengo la certeza de que mis necesidades son satisfechas. Al refugiarme en Dios, siento la plenitud de Su amor. Esto me permite continuar con mi día con fe en que la presencia protectora de Dios va delante de mí, proporcionándome amparo y ayudándome a tomar decisiones sabias y cabales.
Texto devocional: Cuídame, oh Dios, porque en ti confío.—Salmo 16:1
Así como un mapa o un sistema de navegación me guía por un destino externo, internamente cuento con un sistema de guía que me dirige por mi camino correcto y perfecto. La sabiduría divina rige el desenvolvimiento del propósito de mi alma. Presto atención a mi sabiduría divina en momentos de oración y meditación. Pasar tiempo en el Silencio y centrar mi mente en Dios me permite ver claramente el próximo paso a dar. Al avanzar en el viaje de la vida, utilizo mis sentimientos como señales que me ayudan a precisar si estoy en curso. Si siento gozo, valor y paz mental, tengo fe en que estoy en el camino correcto. Al seguir la luz divina expreso plenamente mi ser mejor y mayor.
Texto devocional: Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia.—Santiago 1:5
Los jardines prosperan cuando quitamos las malas hierbas y hacemos espacio para que las flores y los vegetales crezcan. Lo mismo es cierto respecto a mí: cuando arranco las “malas hierbas” de la negatividad y la preocupación, aclaro el camino para que mis bendiciones surjan. Dejo ir. ¿Estoy aferrado a aquello que no beneficia mi vida? De ser así, determino dejar ir todo pensamiento o hábito negativo para permitir que Dios llene mi mente con la maravilla y la visión de las posibilidades ante mí. Dejo que Dios actúe. Dejar ir el pasado abre el camino para que un nuevo gozo llene mi vida. Al soltar lo que ya no es importante, hago espacio para mayores bendiciones. ¡Dejo ir y permito que Dios sea Dios en mi vida, hoy y siempre!
Texto devocional: La semilla sembrada en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y da fruto.—Mateo 13:23
Experimento momentos de paz y gozo cuando estoy consciente del Espíritu divino. Al despertar, hago una pausa para dar gracias por este nuevo día y por las oportunidades que trae consigo. Durante las horas siguientes, tomo tiempo para conectarme de nuevo con el Espíritu y sentir la paz que proviene de la conciencia divina.
Si lucho con una situación o decisión difícil, dejo ir. Simplemente me detengo por un momento. Al hacerlo, paso del esforzarme a creer, sabiendo que las respuestas vendrán. Doy gracias por adelantado. Espero. Escucho. Recibo. A la larga, me acostumbro a hacer de mi vida una oración y a permanecer en un estado de gratitud y conciencia de lo Divino.
Texto devocional: Jesús le dijo: “Tomás, has creído porque me has visto. Bienaventurados los que no vieron y creyeron”.—Juan 20:29
Jesús conocía el valor de pasar tiempo en la naturaleza comulgando calladamente con Dios. Quizás él se sintió llamado a ser uno con la naturaleza en oración para experimentar paz y belleza. Yo también puedo disfrutar de paz. Puedo detenerme por un momento e imaginar un bello jardín lleno de colores brillantes y aromas gloriosos. Respiro profundamente, inhalando esos aromas y llenando mis pulmones de aire puro. Dejo ir el aire liberando pensamientos negativos y sintiendo cómo mi cuerpo deja ir el estrés. Mis músculos se relajan y mi mente se llena de paz. Doy gracias por esta oportunidad sagrada. En el jardín, me uno a la fuente de toda vida y curación. Soy uno con Dios.
Texto devocional: Yo te guiaré continuamente, te daré comida abundante en el desierto, daré fuerza a tu cuerpo y serás como un jardín bien regado.—Isaías 58:11
Ponerme una prenda de vestir preferida, tomar una bebida helada en un día caluroso, conversar con un ser querido; éstos momentos fomentan mi bienestar físico y emocional. Si me siento estresado, descorazonado o solo, tal vez busque consuelo en la compañía de otros. Mas la verdadera serenidad surge cuando tengo presente que soy uno con Dios —que el espíritu viviente del amor divino mora en mí. En cualquier momento y lugar, puedo acudir a mi interior y conectarme con el Espíritu. Allí encuentro paz, descanso y compañía. El Espíritu divino me consuela, tal como lo hace un amigo querido y confiable. Encuentro fortaleza y valor cuando descanso en la amorosa presencia de Dios.
Texto devocional: Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias.—Salmo 63:1
El Espíritu es la energía y el aliento de vida que fluye en mí y por medio de mí y de todos los seres vivientes. Cuando me despierto, y antes de acostarme, suscito un sentimiento de aprecio por todo lo que soy. Siento gratitud por mis muchas bendiciones y respeto por toda manifestación de vida. A lo largo de mi día honro la vida que Dios me ha dado. Cuido mi salud física, mental y espiritual, extiendo mi cuidado al medio ambiente, a los animales y a quienes encuentro en mi camino. Cuando tomo decisiones saludables conscientemente, expreso mi pleno potencial. Cuido de mí mismo y llevo un estilo de vida saludable, agradeciendo la vida dinámica con la cual he sido bendecido.
Texto devocional: ¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes?—1 Corintios 6:19
Mis logros quizás no sean iguales a la idea de éxito de otra persona. Sin embargo, los pasos que damos hacia el logro de nuestras metas pueden ser similares. Mi éxito comienza con fe —en Dios y en mí. Tengo fe en que estoy siendo guiado de manera divina por el camino correcto hacia mis objetivos, sueños y aspiraciones. Cada experiencia me brinda una nueva comprensión de lo que significa tener éxito en la vida. El verdadero éxito es medido por el gozo y la satisfacción que experimento al hacer lo que me gusta. Doy gracias por esta comprensión y por las bendiciones de Dios que vienen a mí. Cada logro es parte del plan de Dios para mi vida, y existen muchos más en camino. ¡El éxito es mío!
Texto devocional: Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento.—Filipenses 1:9
Una de las mejores cosas que puedo hacer por mi salud y bienestar es perdonar. Aferrarme a pensamientos o sentimientos negativos me hace daño a mí, no a quien me ofendió. El perdón abre el camino para que el bien fluya en mí y por medio de mí, estimulando la curación física, mental y emocional. En la quietud de la oración, afirmo el deseo profundo de mi corazón de perdonar y ser perdonado. Estoy receptivo al amor divino, sabiendo que dicho amor sana cualquier ofensa. Cuando veo a los demás con ojos afables, me lleno de compasión y comprensión. Envío pensamientos de afecto y perdón a todos. Dejo ir todo resentimiento y permito que el amor divino guíe mis palabras y acciones. Soy compasivo porque soy una expresión de Dios.
Texto devocional: No condenen, y no serán condenados. Perdonen, y serán perdonados—Lucas 6:37
Puede que no siempre esté de acuerdo con la opinión de otra persona. Mas en esos momentos enfoco mi atención en la no resistencia —una aceptación de lo que es sin etiquetas o condenación. Al aplicar mi don espiritual del discernimiento, reconozco que mi opinión es sencillamente un punto de vista. Oro, no para cambiar una situación que no me gusta o la perspectiva de otro ser humano, sino más bien para estar consciente de mis pensamientos y recordar la Verdad espiritual. Soy uno con el fluir divino siempre presente. Las situaciones externas no afectan la paz de mi alma. Acepto lo que es con un corazón comprensivo. Gracias a la práctica de la no resistencia, aprendo a recibir regalos de toda experiencia, y prosigo con paciencia y amor.
Texto devocional: Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.—Mateo 5:41
Las cosas en las que enfoco mi atención se convierten en el centro de ella, de manera que elijo mantener el amor y la paz como puntos focales, permitiendo que estas cualidades infundan mis actividades diarias. Aprecio los colores del amanecer, las nubes que se mueven en el cielo y el rocío que refresca las flores. Veo cómo alentar y animar a los demás crea un ambiente afable y apacible. Dios me ha dado un corazón generoso que se goza al compartir. El amor fluye hacia mí mediante una llamada inesperada, un simple abrazo o una oferta de ayuda. Sincronías asombrosas se desarrollan a medida que permanezco atento a toda la amabilidad, la belleza y la paz en mi vida y en el mundo.
Texto devocional: Piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable.—Filipenses 4:8
Comienzo cada día con el pensamiento: Dios me ama. Estas palabras tienen gran sentido y poder. Su significado imbuye con energía mis pensamientos según me gozo en la relación personal y profunda que tengo con mi Creador. No tengo que ganarme el amor divino; es mío por que he sido creado por el Amor mismo. Dios me ama y es la fuente de todo lo que pueda necesitar. Soy protegido y guiado a través de toda situación difícil. La vida divina me sana y renueva en alma, mente y cuerpo. No hay herida ni enfermedad que esté más allá del poder sanador de Dios. Ninguna oscuridad es más grande que la luz pura del Amor. El amor divino me bendice y lo es todo en mi vida. Tengo fe en el plan perfecto de Dios para mí.
Texto devocional: No tengan miedo, porque su Padre ha decidido darles el reino.—Lucas 12:32
Apreciar la abundancia de la Tierra me recuerda que Dios provee para mis necesidades siempre. Los rayos del sol hacen que las plantas crezcan y éstas proveen oxígeno para respirar. La lluvia demuestra que Dios sustenta toda manifestación de vida bendiciendo la tierra fértil. Dios también me sostiene guiándome con Su sabiduría. Soy bendecido con creatividad, la cual expreso en mi trabajo y mis pasatiempos. También soy bendecido por mis familiares, mis amigos y mi comunidad. El universo responde a mi conciencia creciente del bien de Dios. Recibo con beneplácito la prosperidad en mi vida y la comparto con los demás. ¡La bondad infinita de Dios me rodea, y soy bendecido!
Texto devocional: ¡Mira! Ya estoy a la puerta, y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, yo entraré en su casa, y cenaré con él, y él cenará conmigo.—Apocalipsis 3:20
Los cantantes aprovechan los descansos escritos en la partitura para respirar. Los viajeros utilizan las áreas de descanso a lo largo de su viaje para hacer una pausa. Encontrar tiempo para el descanso y la renovación es importante. Si mi vida parece demasiado ocupada como para tener tiempo de descansar, es entonces cuando más lo necesito. Escucho a mi cuerpo y presto atención a cualquier señal de estrés o fatiga. Consciente de la necesidad de renovación, tomo tiempo para orar. Decir simplemente gracias, Dios, me recuerda la Fuente de mi fortaleza y paz. Los momentos de quietud sagrada me restauran en cuerpo y alma. Tengo la fortaleza necesaria para continuar porque he tomado tiempo para descansar.
Texto devocional: Vengan a mí todos ustedes, los agotados de tanto trabajar, que yo los haré descansar.—Mateo 11:28
Bien sea que me preocupe por un familiar o por otra de las creaciones de Dios, oro por ellos. Afirmo que son saludables y plenos y visualizo que sus vidas gozan de felicidad y éxito. “Bien amado, siempre estás en mis pensamientos y oraciones. Dios te ama hoy y en todo momento, manteniéndote en un abrazo amoroso y protegiéndote a cada paso que das. “Eres capaz de lograr sueños más allá de lo que has podido imaginar posible, y estoy aquí para apoyarte en todos tus esfuerzos. “Te amo incondicional e infinitamente. Sé, sin duda alguna, que Dios guía tu camino. Doy gracias por la bendición de tenerte en mi vida y por poder orar por ti”.
Texto devocional: Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones siempre ruego con gozo por todos ustedes.—Filipenses 1:3-4
Cuando leo o escucho acerca de los disturbios en el mundo, tal vez me pregunte ¿qué puedo hacer? Entonces, comienzo el proceso de paz honrando la naturaleza divina de cada ser. Oro por quienes enfrentan tribulaciones. Envío oraciones de guía a los líderes mundiales. Visualizo paz entre los países y entre las personas. Para promover la paz comienzo conmigo mismo. Me conecto fervorosamente con el Espíritu. Y este vínculo sagrado me permite demostrar paz en el trabajo, en mi familia y con todos mis conocidos. Cuandoquiera que sienta preocupación, frustración o ansiedad, recuerdo honrar la naturaleza divina de cada ser. Hacer esto fomenta la paz en mí y a mi alrededor.
Texto devocional: La paz les dejo, mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No dejen que su corazón se turbe y tenga miedo.—Juan 14:27
Puede que haya días en los que me pregunte si estoy en el camino correcto en la vida. Durante esos momentos de duda, hago una pausa y afirmo con tranquilidad: orden divino. Estas dos palabras sencillas me ayudan a dejar ir la duda y las preocupaciones. Afirmar la Verdad me ayuda a recordar que Dios está a cargo y que todo está bien. Sé de corazón que la voluntad de Dios para mí —y para todos mis seres queridos— incluye alcanzar mi mayor potencial. Afirmar orden divino elimina el temor y alinea mis pensamientos con la Verdad: gracias a la oración afirmativa mi camino se hace claro y seguro. Mi vida expresa el orden divino perfectamente.
Texto devocional: A ti y a tu poder cantaré salmos, porque tú, Dios mío, eres mi fortaleza; ¡eres mi Dios de misericordia!—Salmo 59:17
Si me preocupa que un error pasado limite mi libertad, recuerdo que así como lo que ha ocurrido me ha traído hasta aquí, cada buen pensamiento y oración de corazón me lleva hacia una vida sin limitaciones. Soy una creación de Dios, ¡soy libre con la libertad del Espíritu! Si los acontecimientos del mundo o en mi hogar hacen que sienta temor, recuerdo que Dios es mi puerto seguro y que en Sus brazos amorosos soy libre. El amor de Dios envuelve a mis seres queridos y a mí todo el tiempo y en todo sentido. No existe situación que esté más allá de la habilidad de Dios para cambiarla y mejorarla. Dios está aquí conmigo, amándome, consolándome y guiándome a lo que es mejor para mí —hoy y mañana. ¡Soy libre con la libertad del Espíritu!
Texto devocional: Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.—2 Corintios 3:17
En su primera carta a los corintios, el apóstol Pablo habla acerca del poder del amor y lo que significa en nuestras vidas: “El amor es paciente y bondadoso…Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás dejará de existir”. En mis interacciones —bien sean personales o de negocios— recuerdo las palabras de Pablo y permito que éstas guíen mis acciones. Determino ser paciente y bondadoso, dejando que los demás expresen quienes son sin juicio ni censura. Expreso el amor de Dios por otros orando por ellos y animándolos a encontrar su camino en la vida. El amor de Dios obra por medio de mí guiando mis interacciones con los demás.
Texto devocional: Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor. Pero el más importante de todos es el amor.—1 Corintios 13:13
Al tener un enfoque positivo ante la vida convierto los obstáculos en oportunidades. No importa cuáles puedan ser mis sueños o metas, confío en que Dios me guía en la dirección correcta. Encuentro que la respuesta perfecta es revelada al enfocar mi atención en la Presencia divina en mi vida. Al orar, obtengo una nueva comprensión de lo que está ante mí. La sabiduría de Dios dirige tanto mis pensamientos como mis acciones. Avanzo con fe, con plena confianza en mis habilidades. Los retos en mi vida sirven como puntos de apoyo que me llevan hacia mi bien. Al poner un pie delante del otro, tomo acción inspirada para lograr mis sueños y metas. Paso a paso, avanzo siguiendo un camino de mayor amor, paz y gozo.
Texto devocional: Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.—Proverbios 3:6
Reflexionar acerca de cómo surgieron algunas de las bendiciones en mi vida me recuerda el pasatiempo de unir los puntos; en el que trazar una línea siguiendo los puntos numerados revela la forma de un objeto. En retrospectiva, me doy cuenta de los acontecimientos “casuales” en mi vida. La serendipia es definida como un “hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual”. Estas ocurrencias pueden incluir cómo encontré a mis amigos, mi trabajo, mi iglesia o mi hogar. Mi fe en que la actividad de Dios obra en mi vida alienta mi jornada. Al darme cuenta de las líneas que conectan mis experiencias, reconozco que el orden divino ha estado presente siempre. Siento gratitud por los regalos que he recibido, aun en tiempos difíciles.
Texto devocional: Ciertamente de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.—Juan 1:16