El Espíritu es la energía y el aliento de vida que fluye en mí y por medio de mí y de todos los seres vivientes. Cuando me despierto, y antes de acostarme, suscito un sentimiento de aprecio por todo lo que soy. Siento gratitud por mis muchas bendiciones y respeto por toda manifestación de vida. A lo largo de mi día honro la vida que Dios me ha dado. Cuido mi salud física, mental y espiritual, extiendo mi cuidado al medio ambiente, a los animales y a quienes encuentro en mi camino. Cuando tomo decisiones saludables conscientemente, expreso mi pleno potencial. Cuido de mí mismo y llevo un estilo de vida saludable, agradeciendo la vida dinámica con la cual he sido bendecido.
Texto devocional: ¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes?—1 Corintios 6:19