Así como un mapa o un sistema de navegación me guía por un destino externo, internamente cuento con un sistema de guía que me dirige por mi camino correcto y perfecto. La sabiduría divina rige el desenvolvimiento del propósito de mi alma. Presto atención a mi sabiduría divina en momentos de oración y meditación. Pasar tiempo en el Silencio y centrar mi mente en Dios me permite ver claramente el próximo paso a dar. Al avanzar en el viaje de la vida, utilizo mis sentimientos como señales que me ayudan a precisar si estoy en curso. Si siento gozo, valor y paz mental, tengo fe en que estoy en el camino correcto. Al seguir la luz divina expreso plenamente mi ser mejor y mayor.
Texto devocional: Si alguno de ustedes requiere de sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios se la da a todos en abundancia.—Santiago 1:5