La poetisa Maya Angelou escribió que “cada uno de nosotros añora tener un hogar. Un lugar seguro donde podemos ser quienes somos sin ser cuestionados”. Aprecio a las personas que me ofrecen seguridad y amor incondicional. También aprecio esos lugares especiales donde he podido sentir mi unidad con toda manifestación de vida. Reconozco con gratitud cómo mi crecimiento espiritual ha impactado mi sentido de ser parte de algo. Mientras más moro en el amor de Dios, más siento que tanto los lugares extraños como los conocidos me son familiares. No importa dónde esté o con quién, llevo conmigo un sentimiento de aceptación incondicional; el cual es un refugio no sólo para mí, sino para todas las personas con quienes me encuentro.
Texto devocional: Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.—1 Juan 4:16