Puede que no siempre esté de acuerdo con la opinión de otra persona. Mas en esos momentos enfoco mi atención en la no resistencia —una aceptación de lo que es sin etiquetas o condenación. Al aplicar mi don espiritual del discernimiento, reconozco que mi opinión es sencillamente un punto de vista. Oro, no para cambiar una situación que no me gusta o la perspectiva de otro ser humano, sino más bien para estar consciente de mis pensamientos y recordar la Verdad espiritual. Soy uno con el fluir divino siempre presente. Las situaciones externas no afectan la paz de mi alma. Acepto lo que es con un corazón comprensivo. Gracias a la práctica de la no resistencia, aprendo a recibir regalos de toda experiencia, y prosigo con paciencia y amor.
Texto devocional: Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.—Mateo 5:41