Aunque deseo sentirme lleno de energía y entusiasmo, a veces puede que me sienta desalentado. Cuando no me siento motivado ni inspirado, hago una pausa para pensar de nuevo en mi situación. Determino hacer un cambio interno. Me pregunto: ¿Qué me gustaría hacer hoy? Mi energía cambia completamente cuando me permito servir o cuando siento que soy parte de algo mayor. Tengo toda la energía que necesito. Estoy vivo, soy vibrante y energético. Prometo hacer un cambio externo —dormir bien y disfrutar de un desayuno nutritivo. Planifico tiempo para la oración y meditación y ejercitar mi cuerpo. Soy revitalizado física, mental y emocionalmente. ¡Estoy vivo, soy vibrante y energético!
Texto devocional: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!—Filipenses 4:13