La mejor manera de demostrar aprecio por el regalo de la vida es viviéndola en servicio a los demás. El día de hoy me ofrece la oportunidad de dar mi amor y gratitud a quien lo necesite, de decir una oración por otra persona, de abrir mi corazón. Puedo expresar mi afecto y apoyo de muchas maneras. Hoy, recordaré que mi vida es un regalo valioso. A medida que el día progresa, cada momento me proporciona una oportunidad de decidir qué hacer con él. ¿De qué maneras expresaré a Dios para bendecir a otros? Hasta una palabra amable, un cumplido o una sonrisa pueden marcar la pauta en el día de alguien. Mi vida es un regalo de Dios que atesoro, y lo utilizo para ser una agente de amor, bondad y compasión en las vidas de los demás.
Texto devocional: Te pidió muchos años de vida, y tú se los concediste.—Salmo 21:4