Siento profunda admiración y reverencia por todas las expresiones de vida a mi alrededor. Demuestro respeto a mis congéneres, a los animales y al medio ambiente tratándolos con amor —tal como deseo ser tratado. Yo también soy una manifestación de lo Divino, y comprendo la importancia de tratarme con amor y cuidado. Demuestro respeto por las vidas de todos los demás y por la mía, porque todos somos expresiones únicas de Dios.