La “Oración de Protección” por James Dillet Freeman me recuerda que “el poder de Dios me protege”. Nunca estoy solo, porque el Espíritu y yo somos uno. La presencia divina me fortalece en cualquier momento en que lo necesite. Esto no quiere decir que no voy a sentir temor. Soy humano, y el temor forma parte de mi sistema de respuesta emocional. Si me siento abatido, no me juzgo. Más bien aparto mi atención de la oscuridad del temor y la dirijo hacia la luz de la vida divina en mí. Dios es el único Poder y la única Presencia en mi vida. Tengo la sabiduría para saber lo que necesito hacer, la fortaleza para hacerlo y la fe para vencer cualquier temor.
Texto devocional: Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios.—Efesios 3:16