En lo profundo de mi ser existe una Verdad que deseo tener presente todo el tiempo. Cuando mantengo mi atención centrada en ella, sé que todo está bien en mi vida y en el mundo —y no hay cabida para la lucha. Esta Verdad mora en el lugar que el salmista llamó “el lugar secreto del Altísimo”. Lo único que tengo que hacer es aquietarme y centrar la atención en la vida divina en mí. Al hacerlo descubro este lugar secreto donde mora la Verdad más elevada. Me encuentro con Dios en lo más íntimo de mi ser. Allí disfruto de paz, gozo y un sentimiento de unidad con toda manifestación de vida. Sin importar las circunstancias de la vida, tengo presente la Verdad profunda, invariable y eterna: Dios está aquí y todo está bien.
Texto devocional: ¡Mírame! Tú amas la verdad en lo íntimo; ¡haz que en lo secreto comprenda tu sabiduría!—Salmo 51:6