Elisabeth Kübler-Ross escribió: “La gente es como los vitrales. Destellan y resplandecen cuando hace sol, pero cuando la oscuridad se asienta, su verdadera belleza es revelada sólo si existe una luz interna”. Soy guiado por la luz divina, en los momentos buenos y en los difíciles. Esta luz ilumina mi camino y me da la fortaleza y confianza internas para avanzar sin temor ni preocupación. Al alinearme con la luz divina avivo mi comprensión y mi intuición. Estoy más consciente de que Dios me guía a tomar decisiones sabias. Mi Creador ilumina mi camino, así que tengo confianza en que todo me será revelado en el momento correcto y de la manera perfecta.
Texto devocional: Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz, es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.—2 Corintios 4:6