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martes, 9 de agosto de 2016

SOY FLEXIBLE. SOY RESILIENTE.

Resiliencia:


Ponderar en la cualidad espiritual de la resiliencia me recuerda el hermoso sauce que se mueve con el viento pero que no se quiebra. La resiliencia del sauce es un ejemplo poderoso de cómo es posible ser estable y adaptable al mismo tiempo. Para poder ser saludable y fuerte ante cualquier reto, debo mantenerme flexible.
Recuerdo permanecer abierto al apoyo que el Espíritu me ofrece en mi camino espiritual. Confío en Dios. Le entrego mis pensamientos, creencias y actitudes y obtengo una comprensión más profunda de quien soy. Me vuelvo más flexible y disfruto de una mente más receptiva. Con mi atención centrada en Dios, abro el camino para que las posibilidades entren a mi vida. Yo soy flexible. Yo soy resiliente.

Texto devocional:
Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos.—Salmo 1:3