Hacer cosas nuevas, explorar lugares o conocer personas diferentes a veces puede parecer abrumador. Si me siento inseguro, tomo un momento para conectarme de nuevo con Dios, mi fuente eterna de fortaleza y paz. Al dirigirme a mi interior, siento la presencia de Dios y mi confianza es renovada. Puedo llevar a cabo todo lo que me proponga y hacerlo con un sentimiento de valentía y gozo porque nunca estoy solo. Dios siempre está conmigo. Al orar por cualquier reto u obstáculo, recuerdo que hay una sola Presencia y un solo Poder en el universo, Dios. Mantener esta Verdad presente fortalece mi valentía y mi determinación. Tengo fe —en Dios y en mí— y soy capaz de actuar con arrojo y ecuanimidad.
Texto devocional: Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.—1 Pedro 5:7