Cuando oro por otros, afirmo que el amor divino guía su sendero. Les ofrezco la bendición de mi ayuda, mi compañía, mi amor y mi apoyo a medida que disciernen su camino. En su poema “Hijo de la luz” Martha Smock, la antigua editora de Daily Word, escribió: “Te veo como un hijo de la luz. Te veo guiado y dirigido por un Espíritu interno que te lleva inequívocamente por el camino que es correcto para ti”. Con fe absoluta, uno mi corazón a los de las personas a quienes deseo alentar. Unir nuestras energías en un espíritu de cooperación y compasión fomenta sentimientos de bienestar, optimismo, valor y fortaleza. El ánimo que ofrezco a los demás es una expresión del amor divino que obra por medio de mí para bendecirlos.
Texto devocional: Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos.—Mateo 18:20